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15.

wobi.com/magazine

sarah Lewis,

profesora de Historia del Arte en la

Universidad de Harvard y frecuente oradora en conferencias,

es autora de varios ensayos y en 2015 publicó

The Rise,

libro en el que habla sobre la importancia del fracaso en los

negocios.

1

¿Cuál es su definición de “fracaso” y por qué se refiere a él como un

“regalo”?

El fracaso es muy difícil de definir en términos de la búsqueda personal. En

realidad, la palabra surgió en el siglo XIX para referirse a la bancarrota y repre-

senta algo estático, que llegó a un camino sin salida. Pero sabemos que la vida

no es así, y mucho menos lo es el espíritu humano. Por eso concibo el fracaso

como ciclos, a la manera de las estaciones, que van mermando para dar paso a

la siguiente. En última instancia, lo considero una transición y una posibilidad de

conversión a algo mejor. De allí que lo considere un regalo.

2

Entonces, ¿qué rol juega el fracaso para llegar al objetivo deseado?

Con frecuencia, el fracaso es una etiqueta que el mundo le pone a una

idea innovadora que no termina de entender. Pero correr el riesgo es

fundamental para dar con algo nuevo. Entonces, una vez que se logra descar-

tar ese preconcepto es posible enfocarse en el proceso de transitar el camino

hacia la innovación.

3

En el mundo de los negocios se habla mucho de “éxito”. Usted no suele

hablar de “tener éxito en algo” sino de “dominarlo”. ¿Cuál es la diferencia?

No hay nada malo en buscar el éxito, pero creo que tiene más que ver con

el reconocimiento que llega con él, con establecer una vara y mostrar un estatus

frente al mundo externo. Dominar un tema, en cambio, responde a una motiva-

ción interna que recorre un camino personal interminable. Es lo que caracteriza

a los líderes, los emprendedores, los innovadores, los líderes del cambio social.

¿Por qué? Porque el éxito se alcanza llegando una vez a la meta, y el control de un

tema, por el contrario, obliga a mejorar constantemente, de manera sostenida a

lo largo del tiempo.

4

Usted menciona a muchos líderes en su libro. Martin Luther King, por

ejemplo. ¿Cuál fue el fracaso que tuvo que superar?

Como sabemos, fue uno de los predicadores más influyentes de nuestro

tiempo. Sin embargo, mientras era estudiante le costaba hablar en público y no re-

cibía buenas calificaciones en oratoria. Cierta vez le preguntaron cómo resolvió ese

problema, y explicó que la solución llegó cuando pudo superar el miedo a morir.

5

Cuéntenos sobre “la paradoja del arquero” y cómo se aplica a nuestra

vida diaria.

Me fasciné con la idea de esa paradoja porque es una metáfora de cómo

vivimos nuestras vidas. Los arqueros, cuando apuntan a un objetivo, consideran

muchas cosas que pueden torcer el recorrido de la flecha: el viento, la fatiga

corporal y la intensidad, por ejemplo. Nosotros también hacemos eso todo el

tiempo, modificando y corrigiendo nuestras ideas para llegar al objetivo que nos

planteamos. Por eso no se ve como una línea recta, sino como una curva.

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