

30.
septiembre - octubre 2016
NOTA DE TAPA - LIDERAZGO
nos patrones de pensamiento, mucha
habilidad y una fuerte constitución
emocional; con la capacidad y el cora-
je para pensar diferente, pero también
con una gran dosis de humildad, es
imposible crear y sostener una cultura
positiva que impulse el éxito en los
negocios”, concluye. Para muchos es-
pecialistas en management, como el
autor y conferencista Michael S. Hyatt,
esa suma de cualidades puede resu-
mirse en un único atributo: la auten-
ticidad. “No es una coincidencia que
las palabras ‘influencia’ e ‘influenza’
tengan la misma raíz etimológica. Los
verdaderos líderes son contagiosos.
Las personas ‘contraen’ lo que ellos
transmiten; se sienten atraídas por su
visión y sus valores”, reflexiona.
De adentro hacia afuera
Uno de los caminos para potenciar
esos rasgos de personalidad es,
según Travis Bradberry, cofundador
de la consultora TalentSmart y autor
de los best-sellers
Leadership 2.0
y
The Personality Code,
la inteligencia
emocional o (IE): un cóctel que no
solo incluye tener conciencia de los
propios sentimientos sino también la
habilidad de controlarlos, de modo
de encauzar el comportamiento de
manera flexible y contar con la capa-
cidad de comprender las emociones
de los demás. Una vez desarrollados,
es posible utilizar esos atributos para
“gestionar” de manera eficaz las
relaciones interpersonales. “En mi
investigación, que requirió estudiar
más de 1 millón de casos, descubri-
mos que el 90% de los ejecutivos que
logran un muy alto rendimiento mues-
tran grandes niveles de IE. En cambio,
apenas el 20% de los que obtienen
baja productividad consiguen marcas
similares”, afirma Bradberry, quien
reconoce que hay un gran camino por
recorrer en este sentido. “Solo el 36%
de los individuos que analizamos eran
capaces de identificar correctamente
sus emociones —añade—. Esto significa
que dos de cada tres personas no
tienen control de sus sentimientos; no
“Para mantenerse en
ventaja, los directores
ejecutivos y los equipos
senior siempre deben
estar reconsiderando,
remodelando y
reinventando no
solamente el propósito
de la empresa, sino el
suyo propio”.
John Mattone.